Esta es mi participación para el concurso de microrrelatos organizado por Lidia Castro Navas «Escribir Jugando» en su edición de agosto. Podéis ver al resto de participantes aquí.
Claro. Conciso. Revelador. Así era aquel mensaje móvil. Si mis peones caían, sabría algo más sobre mí; si los suyos sucumbían, conocería algo más de ella. No sabía quién era, ni qué quería, pero acepté. No tenía nada que perder y por eso fui. Inmediatamente, empecé a jugar la partida de ajedrez, y a medida que el juego avanzaba, empezaba a recordar. Los momentos juntos, las lágrimas compartidas. Todo. La amnesia se disipaba, y con ella, el sufrimiento provocado por aquel accidente de Nochevieja. Ahora entendía mi vida. Ya no era un mero pelele errante. Sin ella nada tenía sentido.
Si quieres seguir disfrutando de microrrelatos como éste, no olvides en compartirlo con tus amigos y conocidos, y suscribirte a este blog. Te espero muy pronto.
Me gusta esa versión del strip póker que nos planteas con el ajedrez, en su lugar, y cambiando las piezas de ropa por secretos o confesiones.
Un abrazo.
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Muchas gracias, pero no era exactamente strip póker. Era un pacto entre su novia y él en el que le ayudaba a recobrar la memoria tras el accidente que sufrió. Quizás me he expresado mal. De todas maneras, gracias por comentar. Un abrazo.
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Me ha encantado, Petro. Usar la partida de ajedrez como estrategia para recobrar la memoria. Ese compartir entre dos personas que ya se conocían, aunque una no se acuerde. La complicidad…
Muy bonito.
Muchas gracias por participar de nuevo en el reto.
Un saludo 🙂
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Como siempre, es un placer. Me alegro mucho de que te haya gustado. Un saludo 😊
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Que bonito… cuando pese a todo el amor prevalece!
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Muchas gracias. Me alegro de que te haya gustado. Un saludo 😊
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